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¿A qué temperatura poner la calefacción para ahorrar?

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Con la llegada del frío, es importante saber a qué temperatura poner la calefacción para ahorrar energía y dinero. En este artículo, te contamos cuál es la temperatura ideal para la calefacción, qué dicen los expertos y qué pasa si tienes un bebé.

¿Cuál es la temperatura ideal para la calefacción?

La temperatura ideal para la calefacción es un tema que preocupa a muchas personas, especialmente en invierno, cuando los gastos de calefacción pueden aumentar considerablemente.

Para minimizar este coste, uno de los criterios básicos es saber cuál es la temperatura ideal para el hogar. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura ideal para el hogar se sitúa entre 20 y 21 °C durante el día y entre 15 y 17 °C por la noche.

Estas temperaturas son las que permiten mantener un nivel de confort adecuado sin gastar de más. De hecho, según el IDAE, por cada grado que se baja la temperatura de la calefacción, se puede ahorrar entre un 5 y un 10% en el consumo energético.

Por supuesto, la temperatura ideal puede variar en función de la zona geográfica, el tipo de vivienda, el número de personas que viven en ella y los hábitos de consumo. 

¿Qué pasa si tienes un bebé?

Los bebés son más sensibles al frío que los adultos, por lo que es importante mantener una temperatura adecuada en su habitación. La temperatura ideal durante el día es de 21 grados, y durante la noche, de 18 grados.

Durante el día, los bebés están más activos y fuera de su cuna, por lo que necesitan una temperatura más cálida para evitar resfriados o gripes. Por la noche, los bebés suelen estar más abrigados, por lo que pueden soportar una temperatura más baja.

Además de la temperatura, es importante también controlar la humedad del ambiente. La humedad ideal para bebés es de 50 a 75%.

¿Qué es la temperatura de confort?

La temperatura de confort es la temperatura a la que una persona se siente cómoda y no tiene la necesidad de abrigarse ni desabrigarse. Esta temperatura varía en función de la persona, pero en general se sitúa entre los 19 y los 22 grados.

Este valor depende de varios factores, como la actividad que esté realizando la persona, la ropa que lleve puesta, la humedad del ambiente y la temperatura exterior.

Mantener una temperatura adecuada en el hogar es importante para el bienestar físico y psicológico de las personas. Una temperatura demasiado alta puede provocar sudoración, fatiga y malestar, mientras que una temperatura demasiado baja puede provocar escalofríos, incomodidad, contracción muscular y posibilidad de desarrollar problemas de salud.

Cómo determinar la temperatura de confort

La mejor manera de determinar la temperatura de confort es utilizar un termómetro ambiental. Coloca el termómetro en una zona central de la vivienda, lejos de fuentes de calor o frío. Una vez que tengas la temperatura del ambiente, puedes ajustar la calefacción o refrigeración para mantener esa temperatura.

¿Cómo ahorrar en calefacción, conservando una temperatura agradable?

Además de ajustar la calefacción o refrigeración, hay otros consejos para ahorrar energía y dinero en calefacción sin pasar frío: 

  • Baja la temperatura del termostato. Por cada grado que bajes la temperatura, ahorrarás entre un 5 y un 10% de energía.
  • No ventiles más de 10 minutos. La ventilación es necesaria, pero no hay que excederse.
  • Aísla las paredes. Un buen aislamiento puede reducir el consumo de calefacción hasta en un 15%.
  • Regular la temperatura interna de casa. La temperatura de confort es de 20º, pero puedes bajarla en los dormitorios.
  • Realiza un buen mantenimiento de la caldera. Un mantenimiento anual ayudará a que la caldera funcione de manera eficiente.
  • No uses los radiadores como secadores de ropa. Tapar los radiadores con ropa húmeda aumentará el consumo de energía.
  • Utiliza aditivos para el gasóleo. Algunos aditivos pueden ayudarte a ahorrar combustible.
  • Aprovecha el sol. Abre las persianas y cortinas durante el día para que el sol entre a las estancias y ayude a mantener la temperatura.
  • Coloca alfombras en el suelo. Las alfombras ayudan a retener el calor.
  • Aprovecha el calor del horno. Cuando termines de cocinar, deja la puerta del horno abierta para que el calor se traslade a la casa.
  • Apaga la calefacción cuando no estés en casa. Si no hay nadie en casa, es mejor apagar la calefacción que dejarla encendida.

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